La tarde de este miércoles 30 de noviembre la comunidad universitaria participó de la Santa Misa en Acción de Gracias por la XXVI Graduación, acto académico que se estará llevando a cabo el próximo sábado 3 de diciembre.
El acto litúrgico fue presidido por Mons. Francisco Castrillo, capellán de nuestra alma mater y contó con la asistencia de la Señora Rectora, Michelle Rivas Reyes, autoridades académicas y administrativas, quienes acompañaron a la nueva generación de graduandos para dar gracias al Señor por haber concluido sus estudios profesionales.
Durante la exhortación realizada por Mons. Castrillo, luego de felicitar a los graduandos, invitó a todos los presentes a cuidar de nuestra fe, a no dejarse vencer por las dudas o las inseguridades que parecen ser hoy un elemento del esquema existencial de muchos. “Necesitamos tanto una fe viva y operante…profundicemos y personalicemos más y más nuestra fe, mediante la oración, el estudio, la lectura bíblica, la meditación…. Y pidamos siempre: Señor, auméntanos la Fe” afirmó Mons. Castrillo.
Ya habiendo iniciado el tiempo litúrgico del Adviento, manifestó que este tiempo es un momento oportuno para re-dirigir nuestras vidas a un nuevo estilo, un nuevo enfoque, un nuevo modo de vivir donde acompañado de la oración, la reflexión y atención; nos permita de la mano de María prepararnos al encuentro con Cristo.
Esta celebración estuvo llena de una connotación especial al estar cumpliendo 30 años de fundación como institución educativa formadora de profesionales y de seres humanos integrales. Además, durante el acto litúrgico se realizó el rito del “encendido de las velas” (que no había sido posible llevar a cabo en años anteriores), como símbolo de la luz de Cristo, “luz inextinguible que ilumina a la humanidad para seguir el Camino que lleva a la Verdad y la Vida”. De este momento especial participaron la Señora Rectora y Decanos, encargados de propagar simbólicamente esta luz entre los graduandos e invitados presentes.
Muchas felicidades a esta nueva generación de profesionales por los logros alcanzados. Recuerden siempre poner a Cristo como el centro de sus vidas y nunca olviden invocar el auxilio de la Santísima Virgen María en los momentos de prueba.
¡Dios les bendiga!